Desde hace cincos años los neoconservadores vienen preparando la invasión de Irán. Los argumentos que usaron para justificar su propia ambición han sido desmentidos, uno tras otro. Pero se niegan a renunciar a sus amenazas. Mientras tanto, gracias al apoyo de sus electores, las fuerzas políticas iraníes han logrado evitar el enfrentamiento directo y hacer que cualquier operación militar resulte demasiado costosa para Washington, observa Thierry Meyssan.