Con importantes definiciones para seguir avanzando en fortalecer una articulación internacional y poner en el centro del debate la temática y demandas de las mujeres campesinas, se puso fin al III Encuentro de Mujeres
El evento partió con una mística cargada de emociones, dedicada a la figura de Ernesto Che Guevara, en el marco del aniversario de su muerte, en conjunto con la Asamblea de Jóvenes. La mística rescató el legado revolucionario que no dejara el Che, en la lucha contra la opresión y la explotación de los más desposeídos.
Una vez concluido el trabajo de comisiones, donde se debatieron los temas pendientes, las mas de cien delegadas, representantes de organizaciones campesinas del Cono Sur, Región Andina, Centro América y el Caribe, elaboraron una Declaración para dar por clausurada la III Asamblea de Mujeres del Campo.
En la declaración se deja constancia del consenso alcanzado para elaborar la agenda política de las mujeres, que combaten la globalización y el patriarcado que se impone a los pueblos. De este encuentro también nace una Campaña permanente de lucha en contra de "todas las formas violencia sexista hacia las mujeres y las niñas del campo".
En el documento, se reafirma la oposición al neoliberalismo, al dominio autoritario de la Instituciones Financieras internacionales y se declaran "en movilización permanente" contra todo signo de opresión, violencia, discriminación y cualquier instrumento de dominación en contra de las mujeres y del movimiento social.
Las mujeres rurales, que se declaran "Hijas de la Tierra", denuncian también la militarización del campo, la criminalización de la luchas, las migraciones forzadas por razones económicas y la apropiación de los recursos naturales por parte de las transnacionales, que le han puesto precio a la Biodiversidad del planeta.
Al calor de la discusión, también surgió la ratificación de solidaridad permanente con las mujeres del mundo rural de Cuba, recogiendo su experiencia de resistencia inquebrantable en contra del imperialismo estadounidense.
El encuentro llegó a su fin con una mística dirigida por las organizaciones anfitrionas de Guatemala. En la ceremonia se hizo entrega a cada región de América un elemento de la naturaleza simbolizado en las velas que dieron luz a la III Asamblea de Mujeres del Campo.