La batalla del ALCA, la batalla del ALCA, que como bien decía Hebe Bonafini sin duda que la hemos ganado, pero ¡cuidado! eso es sólo una batalla, eso es sólo una batalla de tantas batallas pendientes que nos quedan para toda la vida, ahora, decía que tenemos una doble tarea, enterrar el ALCA y el modelo económico imperialista, capitalista por una parte, pero por la otra a nosotros nos toca, compañeros y compañeras, ser los parteros del nuevo tiempo, los parteros de la nueva historia, los parteros de la nueva integración, los parteros del ALBA: la Alternativa Bolivariana para las Américas, para los pueblos de América, una verdadera integración liberadora, para la libertad, para la igualdad, para la justicia y para la paz, sólo nosotros unidos podemos hacerlo y además enterrar al capitalismo para parir el socialismo del siglo XXI, un nuevo proyecto histórico socialista, afirmó con vehemencia el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, en su histórico discurso del 4 de noviembre en el estadio mundialista de Mar del Plata.
Esas palabras perduran en quienes tuvimos el privilegio de estar presentes en las jornadas anti-Bush en Mar del Plata, pero no sólo marchando y protestando sino tejiendo propuestas colectivas y sembrando solidaridad entre los pueblos.
La Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) es una esperanza para el continente como señala la principal conclusión de la Cumbre de los Pueblos; el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) fracasó en la Cumbre de los Presidentes.
El tren anti-Bush
El tren anti-Bush, conocido también como el tren del ALBA, con varias personalidades del mundo que participaron en la III Cumbre de los Pueblos, unió Buenos Aires con Mar del Plata, con la seguridad de escribir una página de dignidad en la historia de la humanidad.